Por qué Fisher Investments España cree que las OPV pueden estar sobrevaloradas

16 de agosto, 2022 0
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Las ofertas públicas de venta (OPV) pueden generar titulares emocionantes entre las publicaciones que sigue Fisher Investments España. Pero ese bombo y platillo puede llevar a la conclusión —errónea, en nuestra opinión— de que comprar una OPV es una forma fácil de obtener grandes beneficios rápidamente. Por el contrario, pensamos que las acciones de las OPV suelen estar sobrevaloradas y que los inversores probablemente se beneficien si las evitan.

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Una OPV es el proceso por el que una empresa privada pone sus acciones a la venta al público. Según nuestros análisis, una de las principales razones por las que las empresas salen a bolsa es para reunir capital. Las empresas pueden utilizar ese capital para comprar equipos, financiar la investigación y el desarrollo, adquirir espacio para las operaciones de la empresa y otras iniciativas orientadas al crecimiento. La salida a bolsa también permite a los primeros inversores y a los fundadores obtener rentabilidad o dinero en efectivo de su inversión original. Sin embargo, puede introducir nuevas presiones (por ejemplo, las exigencias de los accionistas) en la toma de decisiones de una empresa, por lo que la vía de la OPV no necesariamente es atractiva para todas las empresas.

Fisher Investments España cree que las empresas realizan OPV cuando el precio es más favorable para ellas, lo cual no necesariamente es favorable para los compradores interesados. Hemos comprobado que, cuando los primeros inversores de una empresa venden acciones, quieren obtener el precio más alto posible para maximizar sus beneficios. Es probable que los directivos también salgan ganando personalmente, y que quieran conseguir todo el capital que puedan para su empresa.

El fundador de Fisher Investments, presidente ejecutivo y codirector de inversiones, Ken Fisher, lo detalló en su libro de 1987, The Wall Street Waltz (El vals de Wall Street). Previamente a la salida a bolsa, las empresas pagan a los banqueros de inversión para que les den bombo y atraigan compradores. Esa publicidad puede aumentar el valor de la empresa a los ojos de los inversores potenciales, atrayéndolos con el gancho de los grandes beneficios que arrojará en el futuro. El ruido que se genera alrededor de una OPV puede hacer que los inversores se centren en un hipotético y emocionante futuro lejano (debido, por ejemplo, a una nueva tecnología o a un avance de moda), mientras que pasan por alto los aspectos negativos a corto plazo (por ejemplo, que no muestre signos de rentabilidad). Además, la alharaca que rodea a una OPV puede generar en el inversor lo que denominamos FOMO ("miedo a perderse algo", por sus siglas en inglés), es decir, el temor a "perder el tren", a centrarse en unas pocas historias de éxito de OPV anteriores e ignorar la mayoría de las OPV que no salieron tan bien. 

Según la experiencia de Fisher Investments España, las salidas a bolsa pueden subir a corto plazo impulsadas por el optimismo, pero esa rentabilidad no necesariamente es duradera. Un análisis realizado por la publicación financiera Bloomberg descubrió que, de las más de 550 empresas que salieron a bolsa en Europa el año pasado, solo alrededor de la mitad habían subido desde su salida a bolsa hasta el 19 de diciembre. Además, de los 10 valores del Stoxx Europe 600 que más cayeron en 2021 hasta el 19 de diciembre, la mitad eran OPV recientes. En nuestra opinión, estos ejemplos ponen de manifiesto que las OPV no siempre cumplen lo prometido por la publicidad que les rodea: salir a bolsa no les convierte en líderes automáticos del mercado. Aunque algunas OPV obtengan rendimientos positivos poco después de su debut, creemos que tratar de acertar los ganadores individuales con la esperanza de obtener grandes y rápidos rendimientos no es ni fácil ni viable como estrategia de inversión.

Una gran razón, en nuestra opinión, es que el bombo que se les da y el sentimiento inversor pueden influir mucho en la rentabilidad a corto plazo de las OPV. Según el análisis de Fisher Investments España, el sentimiento de los inversores es voluble y lo que hoy les entusiasma puede cambiar bruscamente en un futuro próximo. Sin embargo, a largo plazo, los valores se ven menos afectados por el sentimiento y más por los fundamentales de la empresa, como el liderazgo, la solidez del balance y el acceso al crédito. Las modas pasan, pero los fundamentales —o la falta de ellos— permanecen y son lo que más influye en los beneficios de una empresa, los cuales, a nuestro modo de ver, son una de las máximas prioridades para los inversores. En segundo lugar, los estudios muestran que las OPV suelen ir a la zaga de sus homólogas cotizadas. Jay Ritter, profesor de finanzas de la Universidad de Florida, estudió la rentabilidad de las OPV desde 1980 hasta 2019 y descubrió que quedaron rezagadas con respecto a sus pares de tamaño similar en un promedio del −2,4 % por año durante los primeros cinco años después de la emisión (sin incluir la rentabilidad del primer día), lo que refuta, en nuestra opinión, la idea de que las OPV ofrecen beneficios rápidos y fáciles. 

Además, Fisher Investments España cree que decidir qué empresa se comportará bien a partir de una OPV es complicado, dada la miríada de incógnitas. Una empresa que acaba de salir a bolsa puede parecer que está a la cabeza de una interesante tendencia de inversión, pero hay muchos factores que pueden influir en su rentabilidad. Además de las cuestiones específicas de la empresa (por ejemplo, la capacidad de producción), existen variables más amplias que pueden influir en la rentabilidad de un valor, desde la evolución del sector o la industria hasta los cambios normativos o políticos. Además, pensamos que las acciones se centran principalmente en los próximos 3 a 30 meses y que todo lo que vaya más allá de ese plazo es desconocido, incluido si una oferta pública de venta ampliamente publicitada cumplirá las promesas de grandes rendimientos. Por tanto, no creemos que sea beneficioso para los inversores extrapolar una tecnología o industria incipiente a un futuro lejano.

El ruido de los titulares puede dar la impresión de que una OPV es un billete para obtener grandes y rápidas ganancias, lo que puede incitar a los inversores a centrarse en el corto plazo, un error de inversión habitual, según la experiencia de Fisher Investments España. En cambio, pensamos que los inversores saldrán beneficiados si consideran la inversión como un esfuerzo a largo plazo, no como un plan para enriquecerse rápidamente. 

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Fisher Investments España es el nombre comercial utilizado por la sucursal en España de Fisher Investments Ireland Limited,  (“Fisher Investments España”). Fisher Investments Ireland Limited es una sociedad de responsabilidad limitada constituida en Irlanda que opera bajo la denominación de Fisher Investments Europe (""Fisher Investments Europe""). Fisher Investments Ireland Limited y su nombre comercial, Fisher Investments Europe, están inscritos en el Registro Mercantil de Irlanda con los números 623847 y 629724. Fisher Investments Europe está regulada por el Banco Central de Irlanda. El domicilio social de Fisher Investments Europe es 2 George’s Dock, 1st Floor, Dublin 1, D01 H2T6 Ireland. Fisher Investments Europe externaliza parcialmente diversos aspectos de las funciones cotidianas de asesoramiento de inversión, gestión de carteras y operaciones bursátiles a sus filiales. 

El presente documento recoge la opinión general de Fisher Investments Europe y no debe ser considerado como un servicio de asesoramiento personalizado en materia de inversiones o fiscal ni un reflejo de la rentabilidad de sus clientes. No se garantiza que Fisher Investments Europe siga sosteniendo estas opiniones, las cuales pueden cambiar en cualquier momento a la luz de nuevos datos, análisis o consideraciones. La información que figura en el presente documento no pretende ser una recomendación o un pronóstico de las condiciones del mercado. En su lugar, tiene por objeto esclarecer los aspectos tratados. Los mercados actuales y futuros pueden diferir ampliamente de los que se describen en este documento. Asimismo, no se garantiza la exactitud de ninguna de las hipótesis empleadas en los ejemplos contenidos en el presente documento.

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 The Wall Street Waltz, Ken Fisher. John Wiley & Sons, 2007 (publicado por primera vez por Contemporary Books, 1987).

 "Forget Making Money in IPOs. They’re Europe’s Biggest Losers", Kat Van Hoof and Swetha Gopinath. Bloomberg, 20/12/2021. Consultado en Independent.ie, 13/6/2022. 

 Ibid.

 "Initial Public Offerings: Updated Statistics on Long-Run Returns", Jay R. Ritter. Warrington College of Business, Universidad de Florida, 25/5/2022.

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